Existe, en general, un consenso en la ciudadanía sobre la necesidad de transitar hacia las renovables en el plano energético. También sobre el potencial de la fotovoltaica en particular como una herramienta fundamental de cara a mitigar el cambio climático y a descarbonizar la economía.
Sin embargo, parece que en España tenemos por delante un reto que está siendo afrontado, una vez más, sin la debida planificación. Con esa visión cortoplacista tan nuestra que entronca directamente con la llamada „cultura del pelotazo”.
Hoy y desde SOLARIX hablamos de por qué colectivos comprometidos con el ecologismo y la transición energética, están radicalmente en contra del modelo energético renovable que empieza a extenderse y de lo que muchos consideramos „malas praxis” en este sector.
Science alerta de la amenaza que las renovables, en España, suponen para la biodiversidad
Pide presupuesto sin compromiso
En diciembre de 2020 se publica en la revista Science el artículo „Renewables in Spain threaten biodiversity„, rubricado por hasta 23 científicos e investigadores.
En la publicación se recogen las preocupaciones de la comunidad científica respecto al peligro que suponen las renovables para la biodiversidad en nuestro país, cuando hablamos de un contexto de crecimiento sin mesura y sin una planificación exhaustiva.
Se alude, sin ir más lejos, a que muchos proyectos renovables son planeados en suelos de bajo coste, pero de gran valor ecológico. Demandando la fotovoltaica en particular grandes extensiones de terreno cuya explotación energética afecta a diversas especies de aves.
Moratorias en la construcción de parques eólicos y fotovoltaicos
A tenor de esta situación, cada vez más localidades están comenzando a rechazar la implantación de grandes proyectos renovables en su territorito o, al menos, aprobando moratorias para estudiar de forma pormenorizada su posible impacto sobre la biodiversidad y sobre el uso del territorio.
Yecla (Murcia), Sabiñánigo (Huesca) o las localidades turolenses de Valderrobres, Valjunquera y Cretas, han ratificado moratorias ante el aluvión de proyectos renovables en sus respectivas regiones.
La Alianza por el Clima, una plataforma de distintas organizaciones implicadas en la mitigación del cambio climático, se ha mostrado sin ir más lejos „seriamente preocupada por la manera en que se está produciendo en fotovoltaica en España este desarrollo”.
Grandes empresas y fondos de inversión, promotoras fantasma y burbuja
¡Abajo los huertos solares, arriba los autoconsumidores!
Con la disminución de precios en el sector de las renovables, y en especial en el fotovoltaico, generar electricidad gracias al sol ya es más asequible que hacerlo con combustibles fósiles. De ahí el auge de la fotovoltaica a escala global.
Sin embargo, en España se ha generado una burbuja especulativa y toda una serie de prácticas de „dudosa moralidad”.
En nuestro país es una empresa „promotora” la que solicita la concesión a la Comunidad Autónoma o al Gobierno, ofreciendo unas primas a ayuntamientos o particulares para lograr la cesión de terrenos. Una empresa que no realiza la inversión del parque fotovoltaico, sino que posteriormente ofrece la concesión a promotoras „reales” a cambio de una retribución.
En Teruel, un conglomerado de empresas que pertenecía al mismo grupo empresarial solicitó proyectos fraccionados para impedir la evaluación de los impactos ambientales del conjunto.
Pero también están surgiendo ilegalidades y corruptelas de diversa índole.
En Aragón se han denunciado unos presuntos seguros destinados a pagar penalizaciones por incumplimiento de concesiones como falsos, siendo investigados por la Audiencia Nacional.
Una legislación laxa en materia de impacto ambiental
Nuestra legislación no está preparada para tener en cuenta los efectos ambientales de las instalaciones masivas de generación.
Un ejemplo concreto: en Mula se ha establecido la segunda planta más potente de fotovoltaica de nuestro país (la primera está en Extremadura). En este mismo territorio, ahora, hay más proyectos de grandes plantas solares fotovoltaicas. El impacto ecosocial que pueden tener estas plantas de forma acumulativa, es decir, en su conjunto no ha sido estudiado porque no hay normativa que recoja esta posibilidad.
En este caso, de hecho, existe únicamente un mapa a título de „recomendación” que el gobierno regional ha elaborado como las mejores áreas para implantar proyectos de fotovoltaica.
¿Contribuyen los grandes huertos solares a lidiar contra la „España vaciada”?
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En España, zonas que tradicionalmente vivían de la agricultura, la ganadería o el turismo, se están lanzando a los brazos de estos nuevos proyectos masivos de fotovoltaica. Las promotoras que los publicitan aluden a la generación de empleo y la vertebración de la economía de estas regiones.
Pero nada más lejos de la realidad.
Es cierto que la fotovoltaica puede y de hecho está generando muchos empleos. Pero las grandes instalaciones de generación generan puestos de trabajo sobre todo durante su instalación, el mantenimiento una vez realizada la puesta en marcha se realiza, por lo general, por empresas especializadas que cubren grandes territorios, por lo que el impacto económico y laboral a nivel local una vez ejecutado el proyecto, es prácticamente nulo.
De hecho, si se abandonan los sectores anteriormente citados, como la ganadería o la agricultura, lejos de luchar contra la España vaciada estamos agudizando el proceso.
También hay quejas entre los sectores turísticos que se han especializado en el turismo rural y sostenible. Ya que el impacto paisajístico de las grandes moles de silicio y cristal comprometen sus modelos de negocio.
La diferencia entre el modelo español y el modelo europeo
Entre nuestro modelo y el del resto de Europa hay varias diferencias, pero la fundamental es la distribución. En España estamos protagonizando un modelo capitalizado por grandes empresas y fondos de inversión, muy centralizado y de mayor impacto ambiental.
En Europa, la transición renovable y la revolución fotovoltaica está, por lo general, mejor dimensionada y mejor distribuida. Con proyectos de pequeñas y medianas potencias que generan energía cerca de los puntos de consumo. Son estos pequeños proyectos que atienden el consumo energético cercano los que generan además empleo local y evitan construir nuevas subestaciones, tendido eléctrico, etc.
No sólo eso, grandes fondos de inversión extranjeros están comprando cada vez más proyectos fotovoltaicos en nuestro país. China Three Gorges, por ejemplo, adquirió cuatro instalaciones en Murcia, Lorca, Fuente Álamo y Mazarrón, previendo comprar varias plantas más en la Región de Murcia.
Es decir, otra de las bondades que nos brindan las renovables, que es reducir nuestra dependencia energética del exterior, está en el aire y podríamos de hecho ser igual o más dependientes energéticamente del exterior, generando paradójicamente la energía dentro de nuestras fronteras.
En definitiva, en SOLARIX nos dedicamos al sector fotovoltaico, por lo que nadie nos puede acusar de estar en contra de esta tecnología.
Sin embargo, creemos de forma férrea que urge acercarnos más a nuestros vecinos de Europa, con un marco normativo que permita una transición renovable y un sector fotovoltaico que tengan en cuenta todas las implicaciones ecosociales. Más cuidadoso con el territorito, el mundo rural, la biodiversidad… o que promueva la implicación ciudadana.